En cuanto al petróleo crudo, la existencia de parafinas y asfaltenos en los reservorios y las tuberías de petróleo pueden crear problemas en las industrias de producción, transporte y procesamiento. La precipitación del sólido puede causar deposiciones, que pueden provocar un atascamiento de las instalaciones. La acumulación de componentes sólidos puede también producir problemas de bombeo.
Los petróleos crudos incluyen una variedad de hidrocarburos ligeros y pesados. A temperaturas superiores a 60 °C, los componentes más ligeros conservan la mayoría de los más pesados en la solución, lo que hace que el comportamiento de flujo muestre valores de viscosidad comparativamente bajos. No obstante, al disminuir la temperatura, la solubilidad de los componentes pesados se reduce, lo que puede provocar la precipitación del sólido. Este efecto se denomina "precipitación de cera", que puede cambiar el petróleo crudo de un fluido newtoniano a una sustancia de límite elástico que puede, a su vez, aumentar el peligro de formación de tapones en una tubería. La precipitación de cera en petróleos crudos depende tanto de la composición de la dispersión del petróleo como de las condiciones ambientales, como presión y temperatura. Las pruebas a temperatura y presión elevadas en un reómetro en combinación con una celda de presión proporcionan información que incluye, por ejemplo, la efectividad de los inhibidores de tapones en condiciones de transporte y producción.